Hace unos meses, en una jam
poética conocí a una chica que escribía poesía sexual. Me interesó y comencé a
hablar con ella a raíz de su manera de escribir, y me comentó que era asesora tuppersex. A partir de ahí
quedamos un par de veces, para que hiciera reuniones tuppersex con mis amigos,
y me dijo que ser asesora tupersex
le hacía feliz, pues conectar con tanta gente y enseñarles a vivir plenamente
la sexualidad la llenaba.
A partir de estas conversaciones
con la asesora tappersex, comencé a
cavilar sobre por qué no ser yo misma asesora
tapersex. Me gusta hablar y explicar sobre sexo, hacer nuevos amigos, ganar
dinero… Por ello, me puse en contacto a través de Internet con la empresa para trabajo tuppersex de mi amiga, me
formaron, y desde hace casi un mes que soy asesora tuppersex. Lo cierto es que no
pensé que lo fuese a llevar tan bien ¡adoro ser asesora tuppersex!